martes, 9 de septiembre de 2008

т н е x g а м е x ı ѕ x о v е г [ ! ]

Soy insoportable, es cierto. Soy altamente nervioso, correcto. Soy extremadamente sádico, porque negarlo? Pero yo no dejo solas a las personas que realmente me importan, no soy así. Pero también mi paciencia tiene un límite, algo más delicado en mí, y lo saben quienes realmente me conocen. Pero al fin y al cabo, un límite, el cual deberían respetar. Pero no lo hacen, abusan de mi confianza, de mi capacidad de escuchar y de contener. Traspasan completamente ese límite, y les gusta hacerlo. Pero al momento de la condena, todos son pobres inocentes que padecen mi terrible poder. Siempre soy el culpable y ellos las pequeñas e inocentes victimas.

Bueno, les tengo una noticia. El juego termino. Se acabó, junto con mi paciencia, mi confianza, mi disponibilidad para con los demás. Poco a poco uno se da cuenta como es la gente y se lamente haber hecho oídos sordos a las palabras sabias de otras personas, que me anticiparon hasta el más mínimo detalle de lo que sucedería. Y fue así. Las cosas se dieron tal y como lo anticipaban los demás. Y otra vez salí perdiendo.

Como si fuera una maldita costumbre, algo normal, vuelvo a perder. Vuelvo a terminar mal, a lamentarme las cosas que no hice, por no haber escuchado cuando era necesario.

No niego mis defectos múltiples, para nada. Tampoco quiero aparentar ser la mejor persona del mundo, porque seria hipócrita de mi parte. Prefiero dejar de lamentarme y caminar para adelante, ahora que estoy tratando de encontrar mi camino y las fuerzas necesarias para continuar. Hoy digo que no me quedaré en el pasado, ni mucho menos. Es cosa de antes.

Mi intención es alejarme, pero por sobre todas las cosas, aprender a elegir a las personas con las que voy a tratar. Quiero evitarme estas situaciones generadas por caprichos, molestias o estupideces ajenas.

Busco alejarme de toda esta basura que me molesta y me hace mal. Si es necesario mantener cerrado mi círculo, con gusto lo haré. Estoy seguro que mas adelante aparecerán personas que me comprendan, que me entiendas y que cuenten con mi extraña, enferma pero incondicional presencia. Pero por ahora solo digo: El juego terminó.