Esa mujer cincuentona me preguntaba que era lo que iba a hacer de mi vida. Y no supe que responderle. Que quedaba de aquellos amores que decían necesitarte apasionadamente? Que te amaban con locura, que eras su vida, su todo. Muchas cosas pensé en ese momento. Realmente no sabia que decir. La persona que amo no es lo que yo creía que era. Solo sabia hablar, pues nunca me había demostrado su amor. Pero yo seguí adelante, porque soy demasiado idiota. Creo las mentiras de la persona que amo, me engaño constantemente para ser feliz, porque realmente me hace feliz.
Con su típica cara de persona sabia, atino a preguntar: Realmente es amor lo tuyo? No pensé un solo segundo. Jamás sentí esto, jamás nadie me importo tanto, jamás me hice esas cosas por alguien, jamás tuve la paciencia que tuve con ella. No dudo que la amo.
Señora, me tengo que ir. Después seguimos