miércoles, 3 de septiembre de 2008

Sin Retorno

Los motivos van desapareciendo. Las ganas se van desvaneciendo. Ya no queda nada para luchar. Las luces del largo pasillo se van apagando una a una, y la oscuridad empieza a apoderarse de todo. Los pasos cada vez se escuchan menos, casi arrastrando los pies. Desganado. Sentía que su cuerpo perdía fuerza, y sus ojos se nublaban por completo. Comenzaba a chocar con las paredes dejando las huellas de sus huesudas manos que transpiraban sin saber bien porque. Se sentía el olor a miedo y a desesperación en al aire, era extremadamente fuerte y emana de el. De su cabeza y de su pecho. Hasta que no aguantó mas y cayo desvanecido al suelo como un gran costal. Y como era de esperarse, no intento ponerse de pie. Sus ganas de vivir habían desaparecido, sus sueños, sus esperanzas se habían esfumado. No había motivos para levantarse y seguir caminando. Saboreando sus saladas lágrimas y tocándose el pecho dijo: MI VIAJE TERMINA AQUÍ, HASTA AQUÍ LLEGUÉ Y AQUÍ ME QUEDARE. Y así lo hizo. Si bien le quedaba mucho por recorrer, decidió no continuar. Con sus ultimas y débiles fuerzas, se dio vuelta y miro las paredes, aquellas en las que había dejado su sudor. También observó todo el camino que pudo recorrer y se enorgulleció de eso, pero sabía que le sería imposible continuar. Sus ganas de vivir habían desaparecido.

Izzy Stradlin/Jeff Isabelle®