Hay heridas que nunca cauterizan, hay amores que nunca cicatrizan. O por lo menos eso me dijeron. Quizás sea cierto, creo que no hay manera de saberlo. En el sótano de nuestra memoria guardamos recuerdos muy gratos, cosas que nos llenaron de felicidad en su momento. El regalo de la vida que se nos ha concedido señala que debemos guardar los recuerdos de modo que queden enterrados en el pasado. Pero la mente es traicionera. Dulcemente malvada, juega con nosotros y trae viejos recuerdos a la mente. Pero, ¿Con que objetivo lo hace? El”Pasado pisado” dicen algunos, pero otros dicen “Niega tu pasado y negaras tu futuro”.RECUERDO por gratos y felices que sean deben dormir en los profundo de nuestro subconsciente. Y el futuro no depende del pasado, uno forja su propio futuro de acuerdo al presente. O quizás me equivoco en mi insignificante posición de ser humano y los dioses o Dios hayan escrito en el libro de la vida un destino para cada uno. Solamente se que no voy a permitir que los recuerdos me derroten. Si es necesario construiré un muro pero juro por lo que mas quiero que NO ME VAN A GANAR. Realmente no creo que las cosas estén escritas de una manera determinada, pero yo haré las cosas a mi manera. El pasado es pasado, los recuerdos se deben enterrar, porque eso es lo que son:
“Brindo por ti y por mí y que tu seas muy feliz, un amor
muere y otro comienza no miremos atrás. Brindo por este
final que nada vale llorar, un sentimiento es como un sueño
que puede terminar.”